The WWF is run at a local level by the following offices...
- WWF Global
- Adria
- Argentina
- Armenia
- AsiaPacific
- Australia
- Austria
- Azerbaijan
- Belgium
- Bhutan
- Bolivia
- Borneo
- Brazil
- Bulgaria
- Cambodia
- Cameroon
- Canada
- Caucasus
- Central African Republic
- Central America
- Chile
- China
- Colombia
- Croatia
- Democratic Republic of the Congo
- Denmark
- Ecuador
- European Policy Office
- Finland
Our News
De vuelta a la expedición: Una nueva oportunidad para conservar al Delfín de Río
Mientras algunas personas vuelven a las oficinas y los niños a las aulas, los científicos e investigadores de WWF y Fundación Omacha retornaron a las expediciones adentrándose durante 10 días en los ríos amazónicos Napo, Yasuní, y Aguarico, ubicados entre Ecuador y Perú. Pese al calor intenso y la humedad abrasadora, la emoción de volver a la selva a fin de obtener información que les sirva como herramienta para la conservación y protección de los delfines, es mayor. Iniciándose así un impresionante recorrido de más de 200 kilómetros.
El delfín de río no conoce fronteras. Su sutileza y agilidad fluye como los ríos y lagunas amazónicas en los que navega, enfrentando distintos retos y amenazas para su supervivencia, como la minería, deforestación, construcción de hidroeléctricas y explotación petrolera. Por lo que conocer el estado de esta especie, a través de expediciones es vital para realizar acciones de conservación cada vez más puntuales.
La expedición Napo-Aguarico 2021 es un proyecto binacional que mantiene dos objetivos ambiciosos. El primero, estimar la población de los delfines rosados y grises en los ríos: Napo, Yasuní, y Aguarico. El segundo, colocar un rastreador satelital en dos delfines en las aguas negras del río Lagartococha, que permita monitorearlos en tiempo real y así, obtener información clave sobre sus movimientos y áreas prioritarias para canalizar diferentes esfuerzos y estrategias de conservación.
“El despliegue de esta expedición englobando los esfuerzos de nuestros países transfronterizos, permitió el fortalecimiento de capacidades técnicas para la implementación de los Planes de acción de estas especies en cada país, así como un espacio de intercambio de conocimiento y experiencia para asegurar la alineación de acciones hacia objetivos regionales; con ello, contribuimos a la generación de conocimiento para la toma de decisiones en torno a la conservación de los delfines de río” menciona Fabiola La Rosa, Oficial de Vida Silvestre de WWF Perú.
Esta expedición es parte de la Iniciativa de Delfines de Río de Sudamérica, SARDI, encargada de organizar proyectos de investigación similares y recuperar información obtenida sobre la población de esta especie a lo largo de la región desde hace 20 años. Por ello, al terminar cada viaje, toda la información recaudada se ingresa a la plataforma ‘Delfines de río’ que cuenta ya con más de 47 mil registros.
La ciudad de Nuevo Rocafuerte, ubicada en la provincia de Orellana - Ecuador, fue el punto de partida para la larga travesía fluvial de 10 días que realizó el equipo de expertos, conformado por biólogos, veterinarios, investigadores y otros especialistas de WWF-Ecuador, WWF- Perú y Fundación Omacha; Desde este encuentro, los equipos pusieron sobre la mesa dos objetivos ambiciosos: El primero, estimar la población de los delfines rosados y grises en los ríos Napo, Yasuní, y Aguarico y el segundo, colocar un rastreador satelital en dos delfines en las aguas negras del río Lagartococha, que permita monitorearlos en tiempo real y así, obtener información clave sobre sus movimientos y áreas prioritarias para canalizar diferentes esfuerzos y estrategias de conservación.
Entre maletas llenas de equipo de investigación y apenas unas cuantas pertenencias personales, los primeros días de recorrido se centraron exclusivamente en avistar delfines en el Parque Nacional Yasuní, la Reserva Cuyabeno, la Reserva Comunal Airo Pai y el Parque Nacional Güeppi-Sekime, así como el río Napo. Este último, ubicado entre Perú y Ecuador, cuenta con un mayor preservación de las riberas, por ello, no es sorpresa que en este segmento fluvial se observó un 50% más delfines. Los ríos Aguarico y Lagartococha, que limitan con dos áreas protegidas del territorio peruano (Güeppi-Sekime y Airo Pai) fueron el final del recorrido.
“El delfín de río es el jaguar del agua” menciona María Jimena Valderrama, veterinaria de Fundación Omacha, resaltando la importancia de esta especie sombrilla con otro ejemplo , no solo por su agilidad y la majestuosidad con la que esta especie se mueve en su hábitat, sino también porque su permanencia significa ecosistemas saludables.
Querer capturar a un delfín, es como querer atrapar agua con nuestras manos. Por ello, cuando inició la segunda fase de la expedición, donde se buscaba colocar el dispositivo de rastreo, tipo arete, en la aleta de dos delfines de río, la tarea no fue nada fácil, pues como primer paso, investigadores, biólogos y veterinarios debían capturar con sumo cuidado a los especímenes.
Normalmente, la captura se facilita a través del uso de playas u orillas al costado del río; no obstante, la naturaleza de la región de Lagartococha en Ecuador presentó un reto adicional al carecer de este tipo de formaciones. Gracias a que esta expedición es una acción parte del trabajo de la iniciativa de Delfines de Río de Sudamérica (SARDI) pudieron aplicar algunas de las técnicas que se han desarrollado durante años para cumplir con el objetivo de estas investigaciones, Hecho que significó una gran oportunidad de aprendizaje para el grupo de investigadores.
Sin intimidarse el equipo se embarcó hacia la ardua tarea de capturar al delfín, subirlo a la embarcación, colocar el arete de rastreo, monitorear su estado de salud y tomar muestras para análisis. Todo en menos de 15 minutos. Durante las siguientes tres jornadas, uno por uno, los miembros del equipo se lanzaron a las frías aguas con el objetivo de capturar a un espécimen con su ligera red, hecha por manos artesanas.
Así, realizaron múltiples capturas sin poder retenerlos dentro de las redes, ya que las aguas profundas permitían a los delfines escabullirse por debajo.El clima, en ocasiones extremo por las lluvias fuertes y en otras por el calor abrasador, y las peculiaridades del río, como su configuración profunda pero angosta, dieron amplia batalla. Tras haber agotado todos los recursos, el equipo decidió dar por terminada la expedición. Los aprendizajes obtenidos e información recopilada son invaluables para continuar en el camino a la conservación del delfín de río, de la Amazonia y sus ecosistemas.
La conservación del delfín de río tiene una importancia particular. Al ser una especie paraguas, en lo más alto de la cadena alimenticia, su población es un índice del estado del río, de la Amazonia, y por ende, de cada persona que se diga gustosa de vivir en el mismo planeta. “El proteger a los delfines puede empezar desde nuestros hogares, siendo conscientes con el consumo de agua dulce. Este recurso es cada vez más escaso en el mundo, por lo que los ecosistemas de los delfines de río también se ven más limitados” menciona Jessica Pacheco, Oficial de Bosques de WWF Ecuador.
El hogar del delfín de río es nuestro hogar también y, por ello, es un deber compartido. Sólo juntos, es posible cuidar de nuestros ríos y mantener protegida a la Amazonía, y su increíble biodiversidad.
Conoce más...
La expedición Napo-Aguarico 2021 es un proyecto binacional gracias al apoyo y gestión del Ministerio Ministerio del Ambiente Agua y Transición Ecológica del Ecuador, (MAATE) y al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas del Estado Peruano (SERNANP).
El delfín de río no conoce fronteras. Su sutileza y agilidad fluye como los ríos y lagunas amazónicas en los que navega, enfrentando distintos retos y amenazas para su supervivencia, como la minería, deforestación, construcción de hidroeléctricas y explotación petrolera. Por lo que conocer el estado de esta especie, a través de expediciones es vital para realizar acciones de conservación cada vez más puntuales.
La expedición Napo-Aguarico 2021 es un proyecto binacional que mantiene dos objetivos ambiciosos. El primero, estimar la población de los delfines rosados y grises en los ríos: Napo, Yasuní, y Aguarico. El segundo, colocar un rastreador satelital en dos delfines en las aguas negras del río Lagartococha, que permita monitorearlos en tiempo real y así, obtener información clave sobre sus movimientos y áreas prioritarias para canalizar diferentes esfuerzos y estrategias de conservación.
“El despliegue de esta expedición englobando los esfuerzos de nuestros países transfronterizos, permitió el fortalecimiento de capacidades técnicas para la implementación de los Planes de acción de estas especies en cada país, así como un espacio de intercambio de conocimiento y experiencia para asegurar la alineación de acciones hacia objetivos regionales; con ello, contribuimos a la generación de conocimiento para la toma de decisiones en torno a la conservación de los delfines de río” menciona Fabiola La Rosa, Oficial de Vida Silvestre de WWF Perú.
Esta expedición es parte de la Iniciativa de Delfines de Río de Sudamérica, SARDI, encargada de organizar proyectos de investigación similares y recuperar información obtenida sobre la población de esta especie a lo largo de la región desde hace 20 años. Por ello, al terminar cada viaje, toda la información recaudada se ingresa a la plataforma ‘Delfines de río’ que cuenta ya con más de 47 mil registros.
La aventura en la Expedición Napo Aguarico 2021
La ciudad de Nuevo Rocafuerte, ubicada en la provincia de Orellana - Ecuador, fue el punto de partida para la larga travesía fluvial de 10 días que realizó el equipo de expertos, conformado por biólogos, veterinarios, investigadores y otros especialistas de WWF-Ecuador, WWF- Perú y Fundación Omacha; Desde este encuentro, los equipos pusieron sobre la mesa dos objetivos ambiciosos: El primero, estimar la población de los delfines rosados y grises en los ríos Napo, Yasuní, y Aguarico y el segundo, colocar un rastreador satelital en dos delfines en las aguas negras del río Lagartococha, que permita monitorearlos en tiempo real y así, obtener información clave sobre sus movimientos y áreas prioritarias para canalizar diferentes esfuerzos y estrategias de conservación.
Entre maletas llenas de equipo de investigación y apenas unas cuantas pertenencias personales, los primeros días de recorrido se centraron exclusivamente en avistar delfines en el Parque Nacional Yasuní, la Reserva Cuyabeno, la Reserva Comunal Airo Pai y el Parque Nacional Güeppi-Sekime, así como el río Napo. Este último, ubicado entre Perú y Ecuador, cuenta con un mayor preservación de las riberas, por ello, no es sorpresa que en este segmento fluvial se observó un 50% más delfines. Los ríos Aguarico y Lagartococha, que limitan con dos áreas protegidas del territorio peruano (Güeppi-Sekime y Airo Pai) fueron el final del recorrido.
“El delfín de río es el jaguar del agua” menciona María Jimena Valderrama, veterinaria de Fundación Omacha, resaltando la importancia de esta especie sombrilla con otro ejemplo , no solo por su agilidad y la majestuosidad con la que esta especie se mueve en su hábitat, sino también porque su permanencia significa ecosistemas saludables.
Querer capturar a un delfín, es como querer atrapar agua con nuestras manos. Por ello, cuando inició la segunda fase de la expedición, donde se buscaba colocar el dispositivo de rastreo, tipo arete, en la aleta de dos delfines de río, la tarea no fue nada fácil, pues como primer paso, investigadores, biólogos y veterinarios debían capturar con sumo cuidado a los especímenes.
Normalmente, la captura se facilita a través del uso de playas u orillas al costado del río; no obstante, la naturaleza de la región de Lagartococha en Ecuador presentó un reto adicional al carecer de este tipo de formaciones. Gracias a que esta expedición es una acción parte del trabajo de la iniciativa de Delfines de Río de Sudamérica (SARDI) pudieron aplicar algunas de las técnicas que se han desarrollado durante años para cumplir con el objetivo de estas investigaciones, Hecho que significó una gran oportunidad de aprendizaje para el grupo de investigadores.
Sin intimidarse el equipo se embarcó hacia la ardua tarea de capturar al delfín, subirlo a la embarcación, colocar el arete de rastreo, monitorear su estado de salud y tomar muestras para análisis. Todo en menos de 15 minutos. Durante las siguientes tres jornadas, uno por uno, los miembros del equipo se lanzaron a las frías aguas con el objetivo de capturar a un espécimen con su ligera red, hecha por manos artesanas.
Así, realizaron múltiples capturas sin poder retenerlos dentro de las redes, ya que las aguas profundas permitían a los delfines escabullirse por debajo.El clima, en ocasiones extremo por las lluvias fuertes y en otras por el calor abrasador, y las peculiaridades del río, como su configuración profunda pero angosta, dieron amplia batalla. Tras haber agotado todos los recursos, el equipo decidió dar por terminada la expedición. Los aprendizajes obtenidos e información recopilada son invaluables para continuar en el camino a la conservación del delfín de río, de la Amazonia y sus ecosistemas.
La conservación del delfín de río tiene una importancia particular. Al ser una especie paraguas, en lo más alto de la cadena alimenticia, su población es un índice del estado del río, de la Amazonia, y por ende, de cada persona que se diga gustosa de vivir en el mismo planeta. “El proteger a los delfines puede empezar desde nuestros hogares, siendo conscientes con el consumo de agua dulce. Este recurso es cada vez más escaso en el mundo, por lo que los ecosistemas de los delfines de río también se ven más limitados” menciona Jessica Pacheco, Oficial de Bosques de WWF Ecuador.
El hogar del delfín de río es nuestro hogar también y, por ello, es un deber compartido. Sólo juntos, es posible cuidar de nuestros ríos y mantener protegida a la Amazonía, y su increíble biodiversidad.
Conoce más...
La expedición Napo-Aguarico 2021 es un proyecto binacional gracias al apoyo y gestión del Ministerio Ministerio del Ambiente Agua y Transición Ecológica del Ecuador, (MAATE) y al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas del Estado Peruano (SERNANP).
© Esteban Barrera